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DOLOR DE CADERA EN EL DEPORTISTA:
CHOQUE FEMORO-ACETABULAR
El término choque o atrapamiento fémoro-acetabular es un motivo de desgaste precoz de la cadera y causa de dolor en la cadera en el paciente joven y si pasa desapercibido puede provocar un desgaste de la articulación. Su incidencia puede llegar al 15% de la población. La mayoría de los pacientes no presentan antecedentes de enfermedades de cadera o traumatismos durante la infancia.
-Atrapamiento fémoro-acetabular tipo PINZA o TENAZA (PINCER): es secundario a un exceso de cobertura anterior o techo en la cadera. Esto provoca un choque entre la cabeza del fémur y la cúpula que la contiene asociando una lesión en el labrum, haciendo que el paciente tenga poca flexibilidad. Típico de mujeres entre los 30-40 años.
-Atrapamiento fémoro-acetabular tipo CAM. Hay una giba ósea en el cuello del fémur que provoca el choque con el reborde acetabular. La sintomatología del paciente es parecida a la anterior. Se da sobre todo en personas jovenes.
En los deportistas, durante los movieminetos de flexion y rotacion en la actividad o posterior a ella, produce DOLOR en la ingle, a veces irradiado al muslo o a los gluteos.
El diagnostico se realiza mediante el examen fisico, radiografias, tomografia y resonancia.
El tratamiento consiste en realizar una Artroscopia de Cadera, una tecnica minimamente invasiva, en la cual se repara el labrum y se reseca el PINCER o CAM.
Dicho procedimeinto tiene como principal objetico calmar el dolor y lograr el retrono deportivo, ademas prevenir la aparcion de artrosis a edades tempranas.
También en el mismo procedimiento se puede realizar la infiltración de plasma rico en factores de crecimiento para la regeneración del tejido afectado.
ARTROSIS DE CADERA
Con el paso del tiempo y la realización de movimientos repetitivos, se va produciendo un desgaste del cartílago de la cadera que se convierte en una enfermedad degenerativa que conocemos como artrosis.
Además de la edad y el sexo (más frecuente en hombres que en mujeres), otros factores como la sobrecarga, la obesidad, los traumatismos, la poca actividad física o la herencia genética también influyen en la aparición de la enfermedad.
El síntoma más característico es el dolor en la ingle, que puede extenderse hacia el muslo, la rodilla y la nalga, así como la sensación de "huesos frotando contra huesos" y la incapacidad para realizar movimientos rutinarios con la articulación.
Su tratamiento no se limita a los antiinflamatorios, analgésicos o la rehabilitación, sino que en los casos más severos se hace necesaria la cirugía.